Capturas de cielos y nubes de Castilla – I
Tierras de Sepúlveda
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NUBES QUE AGLUTINAN FRAGANCIAS
A nada que se adentran los ojos en los territorios abiertos que se extienden descendiendo Somosierra se topan con una vasta acuarela en panorámica de nubes densas y espumosas como las de antes; nubes algodonadas en protuberancias de nata, nieve o substancias lactosas que apetecen ser holladas, paladeadas, esquiadas, sobrevoladas, palpadas.
Nubes que encendieron la imaginación de poetas, pintores y escribas; cirniéndose en el aire sobre el suelo terso a veces plano a veces accidentado de Castilla y de Segovia; morada de artistas que supieron guarecerse bajo ellas para encandilar a sus musas y ser tocados del hechizo que generara sus obras… servidos de su gracia.
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Praderas de las tierras de Sepúlveda
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DESDE ROMA A CASTILLA
Cúspides de gloria, amenaza o portento entretejiendo el manto de solemnidad originario que pasea sobre las cabezas de todo caminante o meditador que por allí mediara, depositando sus huellas sobre el suelo que albergó batallas, conquistas y desalientos; hazañas inmemoriales; acontecimientos históricos múltiples de una tierra que deambuló desde Roma hasta Castilla en un bucle de encrucijadas y eventos de paz y de guerra entre pueblos y tribus de distinta procedencia; todas ellas depositarias de un cruce ulterior de genomas que hoy día siembra la sangre y simiente de las gentes que aquí habitan; el legado de un sinfín de controversias y ofensivas entre hombres y mujeres que forjaron la tez y el tuétano de una nación y un bagaje de cultura, lengua, ciencia y canon de entendimiento.
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PERSPECTIVAS DE NUBES
La hilera de perspectiva de nubes desde el auge de altura de las Villas de Sotomosila se avista franca, frondosa y fronteriza con un punto de fuga común que se pierde en el plano del horizonte de eventos. Un singular espectáculo de tierra, cielo y sucesos gaseosos concatenados en girnaldas de evolución transeúnte; sin prisa ni pausa; condimentando el prado de azulinas extendido a los cuatro puntos cardinales, cual pinceladas de algodón de azúcar sostenido por la mano y la mirada de un mismo niño… clonado en miríadas.
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SENDERO DE AVES MIGRATORIAS
El panorama no es otro que el sendero de aves migratorias que acampan en los sabinares que circundan este punto de observación sacro: Al otro lado del macizo de los Carpetanos y el Puerto de Somosierra. Landa de tránsito de ejércitos por desfiladeros que conducen a glorias o a tragedias auspiciadas por arcontes y herejes. Vía crucis de entuertos, estrategias, aventuras o desdichas. Hoy por hoy un enclave digno en Natura, cultivo, población y pureza; vegetación, bosque y montaña.
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Cielos reales y añadidos
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DETRÁS MÍA DESCANSAN
Detrás mía descansan esas nubes mientras siento el peso de sus algodonadas escamas abatiéndose de bruces, lentamente sobre el predio que las aclama; debajo de sus sombras fatuas cambiantes como el contorno del fuego y el agua; imposibles de dibujar en la mirada del pintor que persigue sus siluetas, sus matices y relieves; tratando de acertar el trazo de esa forma que jamás se estabiliza en geometrías concretas; siempre mutantes; como el tiempo y el espacio que las contiene y ampara junto a muchos caminantes y observadores atónitos que sienten en su trasiego el presagio de un acontecer plácido; murmullo somnoliento y a la vez despierto del movimiento del Mundo… desde un nuevo punto de perspectiva acusada; donde se besan abruptas las tierras de dos Castillas.
-[ Continuará con certeza y con creces… ]-
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En prados de Camarmeña, a cielo abierto.
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Cielos de Castilla y acuarelas de nubes – Una secuencia de ficción fotográfico-literaria que se inicia en esta gaceta con los escritos de la editorial Nube de Oort y las imágenes de un sinfín de fotógrafos y usuarios del reino. Fotógrafos que… dicen que ‘están al tanto’.
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Nubes como algodón de azúcar
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Segovia Nature 
Me encanta, me encanta.
Pasan las nubes sin querer como si tal cosa. Y tal cosa y sin querer es como si nada. Y como si nada es cómo pasan las nubes. Así, sin querer tal cosa parece que nada también pasa. Pero tal cosa no pasa. Son las nubes nada más, las que sin querer como si tal cosa, pasan.
¡Caray, María! (XD!!)
Pues lo que más encanta a los encantados es tener el don de convocar a talentos como el tuyo en esta publicación en testeos… y ‘salirnos con la nuestra’ con uno de esos trabalenguas de tu refranero autóctono.
De cuando en cuando me tocará introducir algún que otro escrito en estas estancias como suele ser costumbre en las webs que encargan al «dream team» Digital Imagine Tv. Un día hablando de inmuebles, otro día de alpinismo y otro de fontanería; así son los currelos.
No sé si los del actual equipo en Feronia gustarán en tocar desde aquí el temario del Camino de Santiago pero, en cuanto surjan las keywords ‘caminante’ o ‘caminos’ se tratará de evocar cualquiera de los artículos, escritos y reflejos de una auténtica experta en la materia… como de hecho es María Cheztez. Y todo por el mero gustazo de apuntar a lo más alto.
En nombre mío y del resto del gabinete… sinceras e infinitas gracias por tu visita, maestra.
Gracias a vosotros, a ti, siempre. Por supuesto sería un gran honor y un placer inmenso. Además, el Camino de Santiago/ El Camino de Madrid pasa por Segovia, lugar este (entre otros) por el que tengo especial cariño, pues viví allí algunos años de mi infancia. Gracias de nuevo, mi querido lector.
Esta gente del Grupo Feronia se asientan mayormente por esas tierras, pero algunos de ellos son de fuera.
El caso es que por aquí toca rememorar lo de allí, lo castellano y lo meramente relacionado con el bosque, la montaña y la Naturaleza; o sea allá donde todo caminante tozudo debe enfocarse en transmitir lo que aquellas estrofas magistrales de Cheztez musitaban severas.
Habrá que hacerse algunos Photoshops «grasssiosillos» para adornar esas estancias con grandeza e insertarlas ad hoc de cualquier paisajística que se enmarque en tan amplios contextos como los referidos en el anterior párrafo. Contamos también con las fotografías que quisieras aportar a la maqueta.
Porque, independientemente de tu palpitar más oriundo, las sentencias del «pisar sobrado»… suenan a polvo y a arena; a meseta, a Castilla, a Machados y a filosofías ásperas de un pueblo que se asienta muy al centro de la Península Ibérica.